Alimentación y bebidas. El tamaño importa


La industria de la alimentación y bebidas (A&B) necesita afrontar un proceso que favorezca una mayor integración empresarial con el objetivo de potenciar su competitividad. Esta es una de las principales conclusiones que se desprenden del estudio “Competitividad y tamaño en la industria de alimentación y bebidas”, que acaba de ser presentado por la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) y la Fundación Cajamar.

El informe se centra en tres claves – innovación tecnológica, internacionalización y financiación- para poner de de relieve la importancia de la dimensión en las empresas del sector agroalimentario. Algo en lo que coincide el director general de FIAB, Horacio González Alemán, que, a la luz de los resultados, destacó que “es necesario aplicar políticas de integración empresarial para ser más competitivos” y afirmó que, desde el punto de vista de la competitividad, “las pymes españolas del sector están por encima de la media de la Unión Europea, lo que corrobora el papel de esta industria como uno de los reductos de la economía española”.

La industria alimentaria se presenta como uno de los motores de la economía española, si tenemos en cuenta sus cifras: una facturación de 80.700 millones de euros prevista para el cierre del ejercicio 2001; 444.000 empleados; 7,6% de aportación al PIB nacional y una balanza comercial positiva de 1.088 millones de euros entre enero y noviembre de 2011 ( ICEX.). Sin embargo, se trata de un sector muy atomizado. con más de 30.000 empresas, un 96% de ellas pymes y cuya falta de dimensión limita su crecimiento y competitividad.

Además, en los últimos 15 años, se ha producido una progresiva reducción del número de empresas, lo que se ha traducido en una mejora de su dimensión. Por regiones, Andalucía es la comunidad autónoma donde la industria agroalimentaria tiene una mayor presencia (20,4%), seguida por Cataluña (11,7%) y Castilla y León (10,4%). Por su parte, la industria de bebidas se concentra Cataluña (12,9%), El País Vasco (11,9%) y de Castilla y León (10,7%).

Respecto a la innovación tecnológica, FIAB considera que es uno de los principales motores para conseguir ventajas competitivas duraderas. En este sentido, las empresas de mayor dimensión tienen mayor probabilidad de realizar actividades innovadoras, 73,7% frente a, 24,3% de las pymes.

La internacionalización es otra de las características del sector. Los resultados de la balanza comercial indican que la producción nacional tiene un papel destacado fuera de nuestras fronteras. El estudio pone de relieve que “el trinomio alimentación-gastronomía-turismo es una fórmula que genera sinergias de valor”.

Así lo entiende también González Alemán, al demostrar que, desde 2005, el porcentaje de exportaciones sobre la facturación ha pasado del 18% al 24%. En cuanto a la financiación, en su opinión “la industria alimentaria es un valor seguro para la banca, aunque también sufre los problemas generales de acceso a la financiación al igual que el conjunto de la economía”.

El informe destaca que las empresas de mayor tamaño gozan de ventajas a la hora de acceder a la financiación, puesto que pueden hacerlo a unos costes más bajos y tienen además a su alcance un mayor abanico de alternativas financieras.