Concepto Drive, el impulso del e-commerce alimentario

Hasta hoy, el mayor freno al despegue del e-commerce para las empresas alimentarias se encontraba en la logística, llevar los pedidos a los hogares. Los grandes distribuidores han encontrado en la fórmula “comprar on, recoger off”, la solución al problema. El concepto Drive, en funcionamiento en Francia en determinadas regiones y con pequeñas incursiones en España, se impone. Alcampo lo implantaría en España en 2008 con entonces poco éxito paralizándolo después a la espera del momento adecuado. Carrefour, en sigilo, abrió el pasado otoño sus primeros servicios de recogida en tienda – o en parking – en Madrid - Pinar de Las Rozas, Ciudad de la Imagen y Alcobendas – con el objetivo de ir ampliando al resto de establecimientos en esta comunidad y a la totalidad de sus hipermercados en España.

La fórmula Drive comienza a despegar para la distribución alimentaria. A mitad de camino entre el comercio electrónico y la compra tradicional, adquirir los productos de la cesta de la compra por Internet, esperar unas horas, acudir con el automóvil al parking del hiper más próximo donde un empleado la introduce en el maletero , habiendo pagado en linea y, condición básica, con los productos al mismo precio, avanza ahora de forma rápida. El concepto no es nuevo. En Francia o en el Reino Unido lleva funcionado tres años aún sin encontrar su identidad en cuanto a la estrategia. Aún así, el formato drive se extiende. A Auchan con Chronodrive, Intermarché Drive, Leclerc Drive o Tesco Drive, se une Carrefour Drive, en funcionamiento en algunas localidades cercanas a Nantes, Touluse o Burdeos desde enero aunque la empresa no hubiera comunicado el lanzamiento hasta ahora.

El “inventor” del concepto, el grupo Auchan en Francia, cuenta con 28 establecimientos Chronodrive y 30 Auchandrive. En cabeza, el líder Leclerc, con 65 Leclerdrive que representan ya el 2 % de su cifra de negocios. En España, Alcampo abriría este servicio en 2008 con un test de prueba en Madrid. La fórmula permitía al cliente hacer la compra por Internet y recogerla ya empaquetada en su coche en un punto de entrega o quiosco virtual, ubicado en la localidad de Villaviciosa de Odón. De forma gratuita y en menos de cinco minutos, el pedido se preparaba y depositaba en el vehículo del cliente. El servicio lo paralizaría un año después para iniciar de nuevo su aventura, de forma experiemental y con recogida de la compra en el parking de alguno de sus hipermercados madrileños. Algo parecido a lo ofrecido por Carrefour desde el otoño pasado en Madrid.

Aún así, todos estos movimientos en Francia y ahora en España no consiguen explotar la estrategia concreta que deberá desarrollar el concepto. No es un simple servicio de entrega en tienda. Supone un formato independiente que debe marcar su política de forma rígida, en cuanto a precios, coste de recogida, horarios. Todos los operadores de adentran en él hasta el punto de que las previsiones hablan de que antes de 2015 podrían alcanzar en número los 500 y hasta un 3 % del mercado de la distribución alimentaria en Francia. El desarrollo en España se calcula que será parecido.

Ello podría dar un fuerte empujón a la venta electrónica de productos alimentarios demandada por el consumidor. De hecho, según las últimas cifras de Kantar Worldpanel el número de hogares que ha realizado alguna compra de gran consumo de forma online ha aumentado un 43 % desde 2008