Atraer, sentir, vender. El retail cada día suena mejor
(Por J. Bosco López)
De conversaciones, reuniones y relaciones que mantengo con retailers se desprende que ya no vale saber de todo, ya no vale abrir y cerrar tiendas, ya no vale ser uno mrás, ya no vale tratar a tus clientes como no te gustaría que te tratasen a ti, ya no vale adquirir la última tecnología sin darle sentido,ya no vale con fabricar en China, ya no vale solo bajar el precio, ya no vale hablar solo del futuro, ya no vale enrocarse, ya no valen las excusas, ya no vale con haber sobrevivido, ya no vale seguir abusando del recorte sobre excel, ya no vale trabajar sin capilarizar información y conocimiento entre los distintos departamentos de la compañía, ya no vale hablar sin escuchar, ya no vale hablar y hablar y no hacer, ya no vale no compartir, ya no vale no aprender, ya no vale no equivocarse, ya no vale no ilusionarse, ya no vale no aportar valor, ya no vale cualquier música…
Aquí me detengo: MÚSICA
Afortunadamente el retail cada día suena mejor. Las marcas se preocupan por mejorar (desde grandes cadenas, grandes superficies, pequeñas marcas o boutiques exclusivas). Tras haber sobrevivido al huracán son conscientes de que hay que recuperar músculo y atracción sobre su target. Posicionarse en el ámbito emocional ya no es una opción, sino que forma parte de los ejes principales de la estrategia del negocio contemporáneo enfocado a resultados con beneficios inmediatos en el corto plazo, así como construcción consistente de marca a medio plazo. Embellece la profesión del retailer. Se convierte en un acto de seducción multisensorial. Aporta argumentos y pasión que se reflejan en la puesta en escena de las tiendas. Atrae y conecta con las personas/clientes.
Se trabaja con detalle el diseño de experiencias diferenciadoras vinculadas a valores y sensaciones, ya que son un estímulo definitivo en la toma de decisiones y en la percepción que nuestro cerebro almacena para futuras ocasiones. Dejando huella en inclinaciones positivas que se convertirán en preferencia cuando volvamos a plantearnos la necesidad de un determinado producto. Ejerciendo su poder inconsciente de recuerdo y atracción. La fidelidad y preferencia han de estimularse emocionalmente. Si ante fechas como Navidad cuidamos todos los detalles recreando una atmósfera ensoñadora externa a la marca, que nos invade durante unas fechas buscando conmover y conectar con sentimientos entrañables…¿Cómo no vamos a cuidar nuestra propia atmósfera, nuestra personalidad, nuestro estilo durante el resto del año?
No se diferencia mucho de la puesta en escena que realizamos cuando invitamos a amigos a cenar en casa. Tratamos de satisfacerles, todo está pensado para acogerlos, somos generosos, les conocemos y queremos sorprenderles para hacerles sentirse más queridos y felices. Buscamos que ese momento sea todavía más especial de lo que ya de por sí es, acentuando la emocionalidad, redondeando los detalles estéticos y sensoriales (comida, aromas, música, regalos, fotos…).Existe consenso en que hay que conocer al cliente, escucharlo y colocarlo en el centro, es él quien tiene el poder. No podría ser de otra forma. En cuanto a ofrecerle música podemos proponerle lo previsible, lo que ya se imagina o seducirle y sorprenderle ofreciéndole más, superando sus expectativas.
Esta es la línea a seguir en la mayoría de los casos y el gran matiz artístico. Seducir, gustar sin ser evidente, aportando calidad artística y conocimiento que no precise de explicaciones simplemente que se derrame por nuestro oído embriagándonos de sensaciones positivas, alcanzando nuestra sensibilidad, conectando con el estilo de vida, diseñando una línea sonora seductora. Incluso en los casos en que busquemos narraciones de música casi invisible ser generosos y que la calidad sea muy alta por si nuestro cliente se siente atraído y quiere deleitarse.
Además de los beneficios económicos y de imagen de marca para el retailer, ofrecer música con alta calidad y criterio a las personas que visitan una tienda es un acto de generosidad y de educación. Querer lo mejor y no conformarse con que simplemente suene algo de música, sino ofrecer delicatessen y excelencia es la tendencia en el mercado internacional. Se están dejando atrás los conceptos convencionales de ambientación musical para adentrarse en nuevas experiencias que aportan valor y fortalecen la percepción de las marcas. Una marca es aquello que nos hace sentir y solo existe si la sentimos. Normalmente no hay diferencia de recursos y dedicación de las marcas entre hacerlo bien o mal. Es esencial compartir información estratégica con el proveedor ya que el resultado depende de su capacidad evocadora, de su destreza artística, su creatividad y de su visión estratégica.
Estamos frente a un cambio de paradigma, una significativa revolución en la concepción de los servicios musicales para ofrecer al retail contemporáneo lo que necesita. Cada marca es única y diseña su experiencia sensorial memorable. Tan fácil, tan difícil.
J. Bosco López
Director Creativo Ejecutivo en Sensory Sounds
(Sound Branding & Music Marketing)