Treinta años. Felicidades Alcampo
Tal día como hoy, Alcampo inauguraba su primer hipermercado en España. En Utebo, en Zaragoza, el 23 de febrero de 1981. Mismo día, misma hora, que un grupo de militares armados secuestraba el Congreso de los Diputados con el Gobierno, Adolfo Suárez y un valiente Gutiérrez Mellado a la cabeza, y representantes de los ciudadanos en pleno y el único objetivo de secuestrar también la reciente democracia.
El nombre elegido para la primera tienda de Auchan en suelo español, Alcampo, curiosa traducción del original, pronto hizo impacto en la mente de los consumidores. Un nombre fácil de pronunciar y cercano a los españoles de aquellos años, recién salidos de una dictadura y una crisis económica mundial que se prolongaría en nuestro país hasta bien iniciada la década de los ochenta.
En treinta años, Alcampo ha seguido una estrategia de expansión y crecimiento basada en la moderación. Dos-tres establecimientos por año en los primeros tiempos, uno-dos en los noventa. Desde hace una década, la media de un hipermercado por año ha sido su seña de identidad. Entrados en la actual situación económica, la empresa ha mantenido una mayor política de austeridad. Apenas nuevas tiendas desde 2008 hasta la puesta en marcha en Sevilla estos días coincidiendo con su treinta aniversario.
Quizás esta estrategia le hayan permitido alcanzar unos resultados globales por encima de su sector. De hecho es la única empresa de hipermercados que mejoró cuota de mercado en 2009 (del 4,1 % al 4,2% ) si bien bajando ventas hasta los 3.700 millones de euros. En la actualidad, el grupo Auchan cuenta en España con 52 hipermercados Alcampo, 27 gasolineras, los supermercados Sabeco. Su logo enseña, un pájaro de color rojo, vuela libremente por 14 comunidades autónomas.
Aquella primera gran superficie de Utebo, trabajada largo tiempo por un jovencísimo Francis Lepoutre, su primer director, en espera de una estabilidad política mayor, a punto estuvo de venirse al traste. También las ilusiones de libertad de millones de españoles. Treinta años después, ambas, empresa y libertades, son una realidad. Hubo una época que en Alcampo no gustaban recordarlo. Desconozco si sigue siendo así. Pienso, muy al contrario, que deberíamos todos alegrarnos de dónde hemos llegado, sin olvidar de donde venimos. Celebrémoslo. Felicidades Alcampo. Felicidades Democracia. Larga vida.