El consumidor pide cambios
Nos encontramos en un punto de inflexión del consumo como resultado de la decadencia de algunos valores que han formado parte del modelo económico occidental durante los últimos 25 años donde cada colectivo de individuos bien diferenciados o “clusters” han sido la base de las estrategias y planes de los fabricantes y los distribuidores para lanzar y vender sus productos y servicios. Ahora el consumidor, alentado por una necesidad imperiosa de adaptarse a una economía “de guerra”, nos pide cambios; pero además nos pide que esos cambios pueda apreciarlos como individuo, y no solo como parte integrante de un colectivo.
El consumidor de hoy no busca solo productos, busca también experiencias que le agraden y que le inciten a repetir su visita a un establecimiento físico o espacio virtual. En este contexto cobra especial relevancia el escenario donde fabricantes y distribuidores tratan de ganar la batalla por la confianza y el bolsillo del consumidor, “LA TIENDA”. Allí es donde el retailer debe conseguir crear situaciones de compra ilusionantes que permitan al consumidor hacer del acto de compra un hecho significante y recordable.
Desde Wincor Nixdorf sabemos que la tecnología juega un papel fundamental en la definición y puesta en marcha de nuevas ideas y escenarios que ayuden a mejorar la experiencias de los consumidores en la tienda, pero para que la implantación de una tecnología tenga éxito hay que alinear primero los intereses de la empresa con los intereses del consumidor y entender perfectamente los resortes que le mueven decidirse por un producto, una tienda o una combinación de ambos. En este contexto nos encontramos con un consumidor que está cambiando:
Es más Reflexivo. Necesita mas tiempo e información para decidir una compra, pero una vez decidido quiere dedicar el menor tiempo posible a los procesos de chequeo de salida de los productos y pago. Todas las mejoras enfocadas a agilizar y facilitar estos dos procesos serán percibidos positivamente por el consumidor.
Es activo. No le importa involucrarse en procesos dirigidos al autoservicio si ello supone una mejora en su experiencia de compra y/o en una compra más efectiva y rentable. Las soluciones de Autoservicio son una gran baza para atraerle y convencerle.
Es único. Quiere que le identifiquemos como un ente único e irrepetible, y es por lo que las acciones de marketing “one to one” en el punto de venta serán cada vez mas importantes para fidelizar al consumidor.
Es más exigente. El binomio precio/calidad es clave en la toma de decisiones. Toman especial relevancia todos los elementos en tienda que tengan que ver con facilitar información precisa de los productos y precio/ofertas de los mismos.
Es más emocional. No solo compra producto, compra valores. Busca productos “completos” , es decir valora los servicios que de forma implícita o explicita se incorporen al producto así como las circunstancias que rodean al proceso de comprarlo.
En definitiva nos encontramos con un consumidor que quiere ser el protagonista principal del acto de compra que se desarrolla en un escenario, LA TIENDA, que tiene que permanecer atenta a los continuos cambios del guión que se están produciendo.
(En 1974, Alfonso Crespo cursaba 5º de EGB, “jugaba a las chapas y me encantaban las mirindas con patatas fritas que me tomaba en el Retiro todos los domingos” )