El valor de un “merchandising seguro”
Cada vez más, los clientes reclaman mayor libertad para probar los artículos antes de comprarlos.
Experimentar el producto antes de adquirirlo, a través de expositores sin barreras, se ha convertido de un tiempo a esta parte en un factor decisivo de compra, sobre todo, en los productos electrónicos de pequeño tamaño como cámaras digitales, reproductores MP3, teléfonos móviles, etc. Satisfacer esta demanda del comprador es, a día de hoy, algo imprescindible para el comercio que quiere participar del creciente volumen de ventas de este tipo de dispositivos. Pero no a cualquier precio, sino con la plena seguridad de que su mercancía está a salvo de posibles hurtos.
Según los datos aportados por los últimos estudios mundiales sobre hurtos en el retail, en la actualidad, el sector del retail en España invierte 744 millones de euros en seguridad. Y es que la protección de los artículos no es un tema trivial, ya que los hurtos han generado a los comercios españoles sólo en el primer trimestre de 2009 unas pérdidas superiores a 2.500 millones de euros, según estos informes.
Si bien las soluciones existentes en muchos de los establecimientos se centran en salvaguardar el producto y condicionan la posibilidad de probarlo a que el personal de la tienda pueda atender al cliente – lo que provoca un retraso en la decisión de compra y por tanto una posible pérdida de la misma -, ya se comercializan soluciones como los POD Displays, que posibilitan que el potencial cliente experimente libremente el producto que desea comprar sin poner en peligro la seguridad del artículo.
Seguridad y exposición libre del producto se convierten así en un binomio perfecto en el comercio del siglo XXI, donde las soluciones de seguridad, más allá de la protección necesaria que ofrecen frente a posibles robos en la comercialización, se configuran como un factor diferencial en la exposición de los artículos.
Es cierto que todavía existe un cierto conservadurismo a la hora de decidir los expositores, pero ya hay ejemplos de comercios que apuestan por un merchandising más libre e innovador, en el que el cliente tiene todo el protagonismo. Las posibilidades son infinitas para que el cliente pueda acceder directamente a los productos y la exposición sea sin barreras -no demasiado defensiva- (es decir, no a las vitrinas cerradas o cajas vacías, lo que condiciona negativamente la compra, ya que en la actualidad el cliente demanda entrar en contacto con el producto).
Una de las opciones es colocar los artículos en expositores con autoalimentación, sin cables de por medio, logrando así una exposición atractiva y práctica que favorece que los clientes vean y prueben los artículos antes de comprarlos, sin poner en peligro la seguridad.
También la forma en la que se ordena la mercancía en un punto de venta puede tener un impacto directo en las ventas. En este sentido, lograr crear una experiencia de compra agradable al cliente es uno de los primeros mandamientos para conseguir este objetivo. Dejar usar el artículo al cliente es fundamental, pero para que esto sea posible es necesario que primero los comercios se conciencien de que las soluciones de seguridad no tienen por qué estar reñidas con el diseño. Es más, está demostrado, con casos de éxito de reconocido renombre, que las organizaciones que apuestan por soluciones que les permiten llevar a cabo una exposición más atractiva de la mercancía, no sólo logran la máxima protección frente a posibles hurtos, sino que también aumentan sus ventas.
Cada vez más los sistemas de seguridad ligados al diseño de los productos constituyen la sinergia perfecta para impulsar los resultados de ventas. Actualmente estamos asistiendo a la redefinición de los espacios expositores en las tiendas, nuevas formas decorativas e innovadores mostradores que marcan la diferencia en el mercado, mejorando la exposición al alcance del usuario.