De la confección al «personal tailoring». «Todo lo que es moda pasa de moda»
El flagship de Massimo Dutti en la elitista calle de Serrano de Madrid, dará que hablar. La reciente incorporación de Rafael Medina como director de “personal tailoring” de la enseña, supone algo más que un simple movimiento de ejecutivos. Medina llega a Inditex tras dejar Scalpers, marca de su creación, que en solo siete años ha marcado tendencia en moda hombres segmento alto. Al estilo de sus predecesores y competidores, los hermanos Cebrián que en 2004 imprimieran en su nueva marca El Ganso el más puro estilo dandy para nuevos ejecutivos.
Por Alicia Davara
El flagship de Massimo Dutti en la elitista calle de Serrano de Madrid, dará que hablar. La reciente incorporación de Rafael Medina como director de “personal tailoring” de la enseña, supone algo más que un simple movimiento de ejecutivos. Medina llega a Inditex tras dejar Scalpers, marca de su creación, que en solo siete años ha marcado tendencia en moda hombres segmento alto. Al estilo de sus predecesores y competidores, los hermanos Cebrián que en 2004 imprimieran en su nueva marca El Ganso, el más puro estilo dandy para nuevos ejecutivos.
“Todo lo que es moda pasa de moda. La moda pasa, el estilo permanece”. La frase es sabido corresponde a Gabrielle Chanel. Coco, la modista más famosa de la historia. Icono mundial desde que a principios del XX se atreviera a romper moldes arraigados en la vestimenta de las mujeres.
Moda que pasa, estilo que permanece, aplicado hoy a la ropa masculina y sus referentes en España. Salvo contadas excepciones, o grupos sociales, los profesionales españoles, los “ejecutivos” han seguido durante décadas los dictados de los líderes del retail textil. Sin grandes riesgos. Décadas de dominio de El Corte Inglés, referente en confección de caballero, incluida su sección de sastrería a medida, solo para las clases más altas, acompañada a partir de los años ochenta de su famosa marca Emidio Tucci.
Presencia importante, aún en menor escala, de los establecimientos Cortefiel de la familia Hinojosa, en los años dorados de la marca en España antes del cambio de propietarios. Escasas variaciones en cortes, colores grises o marinos, tejidos clásicos, lisos o con discretos cuadros, ojos de perdiz o rayas diplomáticas para los trajes sastres de dirigentes y profesionales de clase media. Con pequeños guiños al atrevimiento en vistosos y llamativos colores y diseños en las corbatas. Junto a incipientes vaqueros de firma, combinados con blazier clásica como toque diferenciador que se atreviera a lucir tiempo atrás el desaparecido banquero Pedro de Toledo.
Décadas finales del milenio de uniformidad grupal, acompañada de tímidas informalidades en grandes y nuevos creadores de ropa para hombres. Don Algodón, con su creador Pepe Barroso y más del centenar de tiendas, vendidas a tiempo primero a Cortefiel y a un consorcio americano antes de la desaparición total. O los primeros Massimo Dutti , tiendas de prendas a «precio único» creadas por Armando Lasauca, con elegantes y diferentes diseños. Como elegantes y diferentes eran en su interiorismo cuando en 1992 y ya con el grupo italiano Cofir como socio mayoritario, fueran vendidas a Inditex por un precio estimado muy cercano a su entonces facturación anual, más de 4.000 millones de las antiguas pesetas.
Ellos, y algunos emprendedores más, harían los primeros guiños a la moda informal, tomando modelos americanos – algodones, jeans o pantalones chinos – más enfocados a un público joven. Aprovechado por la primera disrupción en ropa de hombre con Adolfo Domínguez y su “arruga es bella”. Casi anécdota en el total del mercado. Ni Cortefiel con su fallida marca low cost Milano, ni su posterior abandono de la estrategia de confección de moda hombre para enfocarla en su marca Pedro del Hierro, lograron implantar en los ejecutivos de sectores tradicionales poco más que la moda casual, destinada a fines de semana y vacaciones.
Tendría que pasar tiempo hasta la llegada de los hermanos Cebrián y sus tiendas El Ganso. Ellos cuentan de forma divertida como surgió la idea. «¿Tú quieres vestir como papá?». Poco convencidos de la otra cara de la moneda, la moda del “pasar de moda” o la llamada “moda independiente” de multitud de grupos de colectivos profesionales igualmente uniformados – diseñadores, arquitectos, publicitarios, artistas o intelectuales– se lanzan por El Ganso. Una marca de ropa diferenciada “elegante e informal con precios asequibles” como la definen, alejados de las famosas y caras marcas inglesas que los más pudientes adquirían en sus viajes de negocios al exterior.
En plena crisis, todo en El Ganso crece. Tiendas, facturación, internacionalización. Su estilo, colores, diseños, materiales, es copiado por las grandes y las pequeñas firmas españolas. Con toques de distinción mayor, en forma y precio, en nuevos emprendedores de la moda textil. Como el propio Rafael Medina, que abandona ahora Scalpers, su marca, para abrir nueva etapa en la que también puede ser nueva aventura, un giro estratégico del mayor grupo europeo de moda. El gallego Inditex y su tercer concepto en volumen de ventas (1.293 millones de ventas). La enseña Massimo Dutti (600 tiendas en 60 países) y el previsible vuelco en el segmento de confección textil masculina. Gama media-alta, confección personalizada y/o a medida.
No dejen de visitar la nueva tienda de Serrano. Emblemático edificio, diferenciador diseño interior, del mobiliario a la iluminación, acompañados de elementos digitales múltiples, invitan desde la marca a una compra «experiencial». Toca esperar y ver si la impronta Rafael Medina traduce la frase Coco “todo lo que es moda pasa de moda” en un gran reclamo para los retailers de ropa para hombres.
adavara@daretail.com