La presión de los accionistas provoca el cese del CEO de Tesco

Tesco, líder británico del sector de los supermercados y uno de los mayores grupos de retail en Europa, ha anunciado esta mañana de lunes la sustitución el próximo 1 de octubre de su director general y CEO, Philip Clarke, por Dawe Lewis, porcedente de Unilever, compañía para la que lleva trabajando 28 años.

La noticia ha sido comunicada públicamente por Richard Broadbent, presidente del grupo, quién ha valorado la estrategia que ha permitido a Tesco reposicionarse en mercados difíciles puesta en marcha por Clarke quién considera es un “buen momento para acordar con el Consejo de Administración dejar su responsabilidad en manos de otro dirigente con una visión y un perfil nuevo”

ANÁLISIS DA RETAIL -DISTRIBUCIÓN ACTUALIDAD

Los motivos del cese de Clarke hay que buscarlos en la nueva estrategia trazada partir de marzo de 2011 cuando sustituyera a Terry Leahy figura emblemática en sus 14 años al frente del grupo al que llevó a liderar el sector en el Reino Unido con una cuota de mercado más del doble que la de su más cercano competidor, Asda y a una gran presencia en el exterior, con la enseña en 14 países.

Clarke, trabajador en Tesco desde sus tiempos de estudiante en Liverpool y hasta ese momento responsable máximo de la política de TI y de la expansión internacional de la cadena, puso en marcha una renovación que ha pasado por 650 tiendas, reforzamiento de las ventas por internet, novedosos conceptos de integración de cafeterías y restauración en sus grandes supermercados o la última campaña de precios más bajos en productos de primera necesidad, tales como lácteos, panadería o frutas y verduras. Previamente, la compañía iniciaba el abandono de sus poco rentables supermercados americanos.

Las cifras de Tesco muestran un deterioro por segundo año consecutivo. Con ventas estancadas (+0,3 %), una fuerte caída en sus beneficios (- 9,8 %) y un valor por acción un 25 % inferior que hace un año. En su último año fiscal, de nuevo un volumen de negocio estancado (71.000 millones de libras/86.000 mill euros) y una acusada bajada en su beneficio antes de impuestos (cercana al 10 % para situarlos en 2.700 millones de euros) mientras que el beneficio comercial se redujo de 3.550 millones de libras a 3.310 millones (4.300 y 4.017 millones de euros, respectivamente)

Resultados desfavorables en su mercado interno donde la caída en ventas es más acusada (un 3 % en el último trimestre) fiel reflejo de la intensificación de la competencia. El mayor crecimiento de cadenas como Waitrose o Marks % Spencer, junto a una mayor imagen y penetración de las enseñas de hard discount, Lidl y Aldi, han hecho mella en las cifras del líder del supermercado británico que ha visto descender su cuota de mercado desde el 32 % de hace una década al 29 % de la actualidad.

En el exterior, el negocio encuentra contratiempos. Dificil y costosa expansión en China, después de su abandono de los mercados japonés y americano, han sido motivos suficientes para que los accionistas de la cadena exijan la marcha de Clarke a pesar de la positiva valoración de su estrategia por los analistas quién advertían en abril cuando sonaron las primeras voces del desencuentro. La estrategia de renovación total, incluido el cese de actividades erróneas del pasado, adaptada a la nueva era, necesita tiempo para mostrar sus frutos. El capital no se lo ha concedido.

El futuro CEO de Tesco, Dave Lewis, es en la actualidad presidente del segmento de Cosmética de la multinacional de origen holandés Unilever.