Tesco, estrategia a medio plazo con factura en el corto
Sigue siendo un gigante del retail. Y un gigante rentable. Sin embargo, sus cifras muestran un deterioro por segundo año consecutivo. Con ventas estancadas (+0,3 %), una fuerte caída en sus beneficios (- 9,8 %) y un valor por acción un 25 % inferior que hace un año. Motivos todos de preocupación para Tesco y más aún para su actual CEO, Philip Clarke, quién comienza a escuchar voces de accionistas que ponen en duda su gestión. La nueva estrategia, incluido el cese de actividades erróneas del pasado, adaptada a la nueva era, necesita tiempo.
A Tesco, los resultados de su último año fiscal (marzo 2013, a febrero 2014) presentados el pasado 16 de abril no le son favorables. Un volumen de negocio estancado (71.000 millones de libras/86.000 mill euros) y una acusada bajada en su beneficio antes de impuestos (cercana al 10 % para situarlos en 2.700 millones de euros) mientras que el beneficio comercial se redujo de 3.550 millones de libras a 3.310 millones (4.300 y 4.017 millones de euros, respectivamente)
Resultados desfavorables en su mercado interno donde la caída en ventas es más acusada (un 3 % en el último trimestre) fiel reflejo de la intensificación de la competencia. El mayor crecimiento de cadenas como Waitrose o Marks % Spencer, junto a una mayor imagen y penetración de las enseñas de hard discount, Lidl y Aldi, han hecho mella en las cifras del líder del supermercado británico que ha visto descender su cuota de mercado desde el 32 % de hace una década al 29 % de la actualidad.
DIFÍCIL RELEVO
En el exterior, el negocio encuentra contratiempos. Dificil y costosa expansión en China, después de su abanadono de los mercados japonés y americano, no favorecen la imagen de Philip Clarke y sus tres años de máxima responsabilidad en el líder británico.
Clarke sustituía en marzo de 2011 a Terry Leahy, quién dejaba la compañía después de 14 años como máximo ejeutivo. Considerado uno de los profesionales del retail más influyentes, Leahy transformó Tesco en su larga etapa dirigente llevándole a liderar el sector en el Reino Unido con una cuota de mercado más del doble de la de su más cercano competidor, Asda y a una gran presencia en el exterior, con la enseña en 14 países.
Philip Clarke, trabaja en Tesco desde sus tiempos de estudiante en Liverpool. Cuando llegó a la presidencia, era miembro del Consejo y responsable máximo de la política de TI y de la expansión internacional de la cadena.
Los que ponen ahora en duda la gestión de Clarke pudieran no darle el tiempo necesario para completar sus planes. A pesar de que la renovación de la compañía en estos tres años es total. Empezando por la decisión del abandono de sus poco rentables supermercados americanos. Un proyecto ligado al anterior máximo responsable hasta el punto de que ya en 2008 la compañía en su informe anual personalizaba en él dirigente su apuesta. “El concepto y el formato del nuevo negocio en Estados Unidos están concebidos por Terry Leahy “ al que se le asignaba una aportación por ello de 5 millones de acciones, valoradas en 11,5 millones de libras (16,9 millones de euros) “si el grupo logra rentabilizar la inversión” dado que “su liderazgo y dirección son fundamentales para el éxito del proyecto”
Una renovación que ha pasado por 650 tiendas, reforzamiento de las ventas por internet, novedosos conceptos de integración de cafeterías y restauración en sus grandes supermercados o la agudiza estrategia última de precios más bajos en productos de primera necesidad, tales como lácteos, panadería o frutas y verduras.
La nueva estrategia es bien valorada por los analistas. Pero advierten. Necesita tiempo. Un tiempo que la competencia o los accionistas quizás no le concedan.