La revolución de los pagos: claves para el futuro financiero
Entre las estrategias destacan la personalización de la experiencia de pago, la consolidación de la banca móvil y la adaptación de los productos y servicios.
En un mundo cada vez más digital, los responsables de marketing del sector financiero y asegurador se enfrentan al desafío de adaptarse a la rápida evolución de los hábitos de pago. Lo cierto es que los consumidores demandan soluciones de pago más ágiles, seguras y sin fricciones.
Estos cambios no solo representan una oportunidad para optimizar la experiencia del cliente, sino también para fortalecer la fidelización y desarrollar estrategias diferenciadoras. Según un informe reciente titulado “Comportamientos y preferencias de pago de los usuarios: radiografía de las preferencias de pago en España según generaciones”, elaborado por Visa y Pecunpay en colaboración con Ditrendia.
Además, el sector asegurador también se ve influenciado por estos nuevos hábitos. Las entidades deben comprender las preferencias de pago de los clientes para facilitar la contratación de pólizas, optimizar los cobros recurrentes y ofrecer opciones flexibles que se adapten a las diferentes generaciones.
La simplificación del pago impulsa el ecommerce
La evolución de los pagos digitales ha tenido un impacto directo en el comercio electrónico. En España, el 63% de los consumidores afirmaron que aumentarían sus compras online si el proceso de pago fuera más ágil y sin fricciones. Herramientas como «Click to Pay» están ganando popularidad, permitiendo a los usuarios realizar transacciones más rápidas sin necesidad de ingresar datos manualmente. Eduardo Prieto, director general de Visa en España, destacó que la simplificación del proceso de compra no solo mejora la experiencia del usuario, sino que también reduce el abandono de carritos y aumenta las ventas.
El dominio de las tarjetas y la digitalización de pagos internacionales
A nivel internacional, las tarjetas siguen siendo el método preferido para realizar pagos en el extranjero, con más del 72% de los usuarios eligiendolas como su opción principal. Al mismo tiempo, el envío de dinero al extranjero está siendo cada vez más digitalizado, con un 62% de los usuarios prefiriendo plataformas digitales y neobancos por su rapidez, transparencia y bajas comisiones.
Aunque los pagos digitales siguen ganando terreno, las tarjetas continúan dominando en el comercio físico, con un 95% de los consumidores utilizándolas en sus compras diarias. A pesar de que el efectivo aún juega un papel importante en transacciones pequeñas o locales, el uso de tarjetas, especialmente de débito, es mayoritario entre todas las generaciones, destacando en la Generación X y los Millennials.
Banca móvil y multibancarización: tendencias que transforman la relación con el cliente
La banca móvil ha consolidado su posición como el canal preferido para la gestión de las finanzas, con un 82% de los usuarios utilizando aplicaciones móviles para realizar operaciones bancarias. Además, la multibancarización se está consolidando como una tendencia clave, ya que el 57% de los consumidores gestionan cuentas en varias entidades. Esta digitalización y el fenómeno del open banking representan oportunidades para las entidades bancarias de ofrecer servicios más personalizados y mejorar la fidelización.
La digitalización como oportunidad estratégica
Los hábitos de pago continúan evolucionando rápidamente, con un claro enfoque en la agilidad, seguridad y ausencia de fricciones en las transacciones. Para las entidades financieras y aseguradoras, esto representa una oportunidad para diferenciarse en un mercado competitivo. Entre las estrategias clave se destacan la personalización de la experiencia de pago, la consolidación de la banca móvil como eje central de la relación con los clientes y la adaptación de los productos y servicios a las preferencias generacionales.
En el sector asegurador, es fundamental ofrecer procesos de pago intuitivos, mejorar la recurrencia en los cobros y generar confianza en cada segmento de clientes. En este contexto, las entidades financieras y aseguradoras no solo deben adaptarse a los nuevos hábitos de pago, sino anticiparse a las necesidades de los consumidores para convertir el proceso de pago en una ventaja competitiva.