Shein modifica su política de proveedores con un ojo puesto en Londres
Las preocupaciones en torno a las malas prácticas laborales seguidas por sus fabricantes truncaron su salida a Wall Street a finales de 2023.
Consciente de las críticas que afronta en torno a la política que sigue en su cadena de suministro y a las demandas presentadas contra ésta por posible plagio de sus prendas, Shein ha modificado sus políticas con proveedores para acabar con los trabajos forzados y de menores descubiertos entre sus fabricantes.
La decisión ha sido tomada tras haber desvelado en su informe de sostenibilidad que había detectado a dos proveedores que empleaban a menores para la fabricación de las prendas que comercializa el operador de moda ultrarrápida, suspendiendo de forma temporal la relación contractual con ambos hasta que se realizaran los cambios pertinentes.
A saber: “La terminación de los contratos con empleados menores, asegurar el pago de cualquier salario pendiente, organizar revisiones médicas y facilitar la repatriación de padres y/o tutores legales que se necesiten”, detallan.
Estas violaciones fueron descubiertas durante los primeros nueve meses de 2023, sin que se hubiera producido un nuevo caso en el último trimestre del año, aseguran.
La nueva política de proveedores presentada por Shein incluye ahora la terminación de los contratos con proveedores si se descubre cualquier trabajo infantil o indicios de trabajos forzados.
Búsqueda de inversores en Londres
La actitud proactiva de Shein por analizar su cadena de suministro y sancionar prácticas abusivas entre sus proveedores coincide con la preparación de la compañía para salir a la Bolsa de Londres el próximo otoño. La misma se encuentra a la espera de su aprobación por parte de las autoridades británicas, después de que en junio presentara a la Autoridad de Conducta Financiera (FCA) la documentación pertinente.
No es la primera vez que la firma china intenta lanzarse a los mercados financieros. Probó suerte a finales del pasado año en Wall Street, pero las preocupaciones de los legisladores estadounidenses respecto a prácticas laborales abusivas por parte de sus proveedores y las denuncias por copyright, así como una posible relación con el gobierno chino, truncaron el deseo de cotizar en Nueva York.
Los nuevos cambios en su política de proveedores podrían incentivar la acogida del gigante chino en Reino Unido, que podría vender acciones directamente a los ciudadanos británicos, así como a inversores retail e instituciones de la capital del Támesis según ha informado The Telegraph. Una idea que estaría apoyada por las entidades financieras con las que trabaja Shein: JP Morgan, Goldman Sachs y Morgan Stanley.
El movimiento de Shein coincide también con los cambios promovidos por el propio regulador británico para suavizar las normas que deben seguir las compañías cotizadas y poder competir así con otros hubs financieros, como la retirada de la obligación de celebrar votaciones con los accionistas antes de aprobar una fusión o adquisición.
Desde la London Stock Exchange Group (LSEG) se recordó, no obstante, que esta decisión no estaba enfocada a atraer a la firma china al parqué londinense, que deberá seguir cumpliendo con las normas establecidas para aquellas compañías que deseen empezar a cotizar en Londres.
La salida podría valorar a la compañía en 50.000 millones de libras.