Ikea, por fin en Alfafar
La inminente llegada de la multinacional sueca a la provincia de Valencia, concretamente en la localidad de Alfafar, donde abrirá el próximo verano, ha suscitado un aluvión de solicitudes para cubrir los 400 puestos ofertados por la cadena en las áreas de ventas, logística, atención al cliente, cajas o restaurante.
A ellos hay que sumar otros 80 empleos indirectos que se generarán en servicios como la seguridad, el transporte o la limpieza. Sin duda, una buena noticia para la zona de Levante, que hasta ahora era una plaza por conquistar para Ikea.
El plazo de presentación de curriculums se inició el 2 de diciembre y finalizó el 31 del mismo mes. La empresa ya ha empezado el proceso de selección de candidatos, entre las 100.000 solicitudes, que ha recibido a través de su web y que revelan un equitativo reparto de fuerzas entre mujeres y hombres, que han respondido por igual (50%) a la oferta laboral.
La tienda de Alfafar, primera de la Comunidad Valenciana, ha supuesto una inversión de 60 millones de euros. Será una de las de mayor superficie de la cadena en España, con más de 37.300 m2, junto a la autovía A7, en el futuro parque comercial que lleva el nombre del municipio y un parking para más de 2.000 vehículos. Su inauguración elevará la red nacional de Ikea a un total de 16 establecimientos.
Al margen de este desarrollo, Ikea continúa los planes para establecerse en Alicante e ir ampliando progresivamente su presencia en la región de Levante.
CRÓNICA DE SUCESOS
La elección de Alfafar ha sido un proceso lento y complejo. Ikea llevaba años peleando su desembarco en la Comunidad Valenciana, un área estratégica para la empresa, que sin embargo, ha tenido que esperar más de una década hasta encontrar la ubicación apropiada.
Y es que el gigante del mueble ha tenido que pelear esta plaza y afrontar dificultades, derivadas tanto de la oposición del sector comercial, como de los organismos y administraciones locales. En todo este tiempo, tres localidades centraron el foco de la multinacional: Mislata donde, a pesar de contar con licencia, falló el promotor y fue descartada; Paterna, eterna candidata, finalmente destronada y Alfafar, la ganadora.
El problema comenzó en 2005, cuando Ikea y Alfafar Parc firmaron un contrato que reservaba a la enseña una parcela de 45.000 metros para poner en marcha su tienda. Una vez listo el proyecto, en 2008, con todos los requisitos legales en regla, la compañía se encontró con enfrentamientos entre el gobierno local, socialista, y los responsables de la Generalitat. Desde entonces, hasta la decisión definitiva, la cadena ha tenido que sortear obstáculos y cortapisas, para llegar a Valencia.