Ni E, ni M, ni S, ni T, ni… Símplemente Commerce
Por muchos números de crecimiento que veamos, el eCommerce no está más que despegando y eso implica que todavía estamos buscando las fórmulas con las que conectar con nuestros clientes en el canal online.
Y teniendo en cuenta que el canal online es un canal también joven, e hiper-dinámico, acabamos tratando de adaptar nuestra estrategia de venta a los distintos canales de conexión con nuestros clientes, y de ahí que salgan tantos “palabros” como e-Commerce (para referirse a las tiendas online puras), m-Commerce (para referirse a las tiendas online adaptadas a móviles), s-Commerce (para referirse a la venta a través de redes sociales), etc.
Para muchos, la existencia de tanta terminología, y lo que es peor aún, tantos canales posibles de venta, les genera una cantidad considerable de stress, ya que con los reducidos recursos que existen en la mayoría de las organizaciones para la parte de venta online, no es posible definir e implementar estrategias para todos los canales.
Pero no nos agobiemos, y parémonos a pensar. Olvidémonos de la terminología (que como moda, es pasajera) y de la tecnología (que ya la podemos considerar un “commodity”), y centrémonos en lo que nos importa, que es vender. Porque al final del día, no nos miden por nuestros seguidores en redes sociales, no nos miden por el tráfico de nuestra tienda online, ni siquiera por el nivel de engagement con nuestros clientes. Al final de la jornada lo que cuenta es lo que hemos vendido, que para el caso, es lo que hace que los números salgan para la empresa o no. Y por mucha tecnología que haya detrás de todas estas tendencias de m-Commerce, s-Commerce, etc. al final no son más que recursos que tenemos a nuestra disposición para vender más, y si cabe…mejor.
Y esto es lo que veremos en los próximos 2/3 años. La convergencia entre los distintos canales de venta, y nuestras preocupaciones como retailers no deben ser estar “a la moda”, si no definir una estrategia de venta global, que enmarque todos los canales posibles, y disponer de una plataforma “core” (el cerebro de nuestra estrategia), capaz de gestionar el catálogo global de productos, así como la disponibilidad de cada producto en cada canal, la política de ofertas, descuentos o promociones que aplique a cada canal y cada cliente, etc. Vamos, lo que queda por llegar es la tan manida multi-canalidad, de la que tanto se ha hablado en los últimos dos años, pero que casi ningún retailer ha abordado con profundidad.
Cuando los retailers se centren en esta estrategia multi-canal y dejen de agobiarse en las estrategias individuales de cada uno de los canales, conseguirán dos objetivos muy importantes. Por un lado ser capaces de optimizar su tiempo al tener que definir una única estrategia, y por lo tanto tener que controlar también una única estrategia, lo que nos lleva a ahorro de recursos y tiempo, así como tener una visión más clara y alineada con su negocio. Por otra parte, los segundos beneficiados serán los consumidores, a quienes trataremos de una forma consistente por todos nuestros canales, y por tanto tendrán una visión más clara de qué pueden esperar de nosotros, de nuestra misión, visión, cultura y valores, y dejarán de compararnos en precio con nuestros competidores si están alineados con lo que tenemos que ofrecerles.
En definitiva, por mucha tecnología que haya de por medio, no dejamos de ser vendedores, y debemos ver los canales como oportunidades de venta y no como retos tecnológicos que no tenemos muy claro cómo abordar.