Radiografía del sector Incremento de costes, alza de precios
El crecimiento económico vivido en algunos países emergentes ha aumentado la demanda de alimentos y ha producido en muchos casos alteraciones en la dieta tradicional de estas regiones. Ese hecho sumado a situaciones climáticas que han dado lugar a malas cosechas en algunas áreas tradicionalmente exportadoras de cereales como Australia, y el auge de los biocarburantes han provocado un ascenso en los costes de producción de las empresas agroalimentarias que en algunos casos ha sido insoportable y ha desencadenado en ceses de actividad.
Según el Informe Económico 2007 elaborado por la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), el sector nacional contaba en ese año con 31.492 empresas, frente a las 31.847 de 2006, lo que supone una reducción anual del 1,11%. Esta caída contrasta con el ascenso del 5,15% registrado en el número de compañías activas en el total de la economía y el 0,85% más del conjunto de la industria.
Además de la destrucción de actividad, el incremento de costes ha llevado a un descenso de la producción del sector, rompiendo con media década de incrementos consecutivos. En volumen la caída fue del 8,9%. Durante 2007, el Índice de Producción Industrial de Alimentos y Bebidas, que ofrece una aproximación alternativa de la evolución y de la calidad de la producción del sector, ha registrado una tasa de variación anual del –0,33%, frente al aumento de 0,26% registrado un año antes. Este comportamiento contrasta con el vivido por el Índice de Producción del Total de la Industria, cuya media anual se incrementó un 2,32%. A pesar de esta situación el primer índice sigue estando por encima del total de la industria, lo que revela, según la FIAB, un mayor crecimiento sostenido durante los últimos años.
Por su parte, las ventas netas de productos de la industria alimentaria ascendieron a 78.164 millones de euros, lo que supone el 14,07% del total de las del sector industrial español. En términos de valor registraron un descenso del 0,7% respecto a 2006, frente al aumento que se vivió ese año del 2,3%.
Gasto y consumo
Estos descensos experimentados en la producción y las ventas contrastan con el incremento registrado en el Índice de Precios de Consumo alimenticio que fue del 6,8%, 2,6 puntos por encima del alcanzado por el IPC general. También se anotaron subidas el IPC de bebidas no alcohólicas (6,6%) y el de bebidas con alcohol (6,1%).
Este aumento en los precios se ha trasladado también al año en curso y está siendo investigado por la Comisión Nacional de Competencia por posibles pactos entre empresas. Así, el pasado mes de marzo, este órgano inició la tramitación de varios expedientes sancionadores. Una investigación que apunta directamente a la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas y algunas asociaciones dependientes de ella como la de fabricantes de harinas y sémolas; la del dulce; fabricantes de helado; de chocolate y derivados de cacao; la de panificación y pastelería de marca; la de pastas alimenticias y la de salsas y condimentos preparados.
La FIAB asegura en su informe anual que sí se compara el Índice de Precios Industriales en Alimentación y Bebidas y el IPC de alimentos elaborados, este último se sitúa sistemáticamente por encima del primero, excepto en los años 2000, 2003 y 2005. En su opinión, “esto podría sugerir que los incrementos de precios de consumo estarían motivados más por el comportamiento de las empresas de distribución, que por el de las industrias fabricantes de los bienes”.
Esta escalada de precios se ha dejado notar en el bolsillo de los consumidores que han visto como se elevaba su gasto en este tipo de productos. Según el Panel de Consumo Alimentario que elabora el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, las compras de alimentación y bebidas realizadas por los hogares ascendieron a 28.943 millones de kilogramos/litros/unidades, alcanzando un valor de 62.992 millones de euros. Esto supuso, un incremento del 2,57% en la cantidad consumida y del 6,12% del gasto, teniendo en cuenta el efecto del aumento de precios (si lo descontamos la subida en valor fue del 1,82%).
En total, el gasto en alimentación realizado en hogares por persona en 2007 fue de 1.411 euros (49 euros más que en 2006), lo que representa un aumento del 3,58% en precios corrientes y un descenso del 0,72% a precios constantes (descontado el efecto de la inflación).
Asignaturas pendientes
En una situación económica como la vivida desde el año pasado, se pone de manifiesto la necesidad que tiene el sector alimentario español de mejorar en aspectos como la internacionalización, la competitividad, la falta de concentración empresarial, la profesionalización, la investigación, la innovación…, y es en estos puntos donde los líderes deben dar ejemplo.
En 2007 el déficit comercial del sector se situó en 3.260 millones de euros, un 10,78% más que el año anterior, debido a que las importaciones ascendieron a 19.376 millones de euros (un 10,20% más) y las exportaciones se quedaron en 16.116 millones de euros (un 10,08%). Para la FIAB estos datos parecen confirmar la tendencia observada en los últimos años de reducción del peso del déficit comercial de la actividad en el indicador total, por lo que “se empezarían a recoger los frutos de los esfuerzos realizados para dotar a la industria de un mayor dinamismo exterior que mejore la posición de sus productos en el resto del mundo”.
En términos de internacionalización, cabe destacar que en el último ejercicio se ha vivido un aumento (18,14%) de la inversión en el exterior de la industria de alimentación y bebidas hasta situarla en 1.237 millones de euros, aunque la tasa de crecimiento es casi la mitad de la experimentada para el total de la economía y para la industria en su conjunto.
Otro dato que muestra la necesidad de seguir avanzando, es la Encuesta sobre Innovación Tecnológica en la Empresas que elabora el Instituto Nacional de Estadística. De ella se desprende que aunque el sector alimentario presenta un porcentaje de empresas innovadoras sistemáticamente superior al registrado por la totalidad de la economía, es inferior al del total de la industria. Aunque, eso sí, este diferencial se reduce año a año y aumenta para el primer caso.
Tejido industrial alimentario
El 96,35% (30.341) son pequeñas empresas de menos de 50 empleados, de ellas 25.2553 son microempresas (menos de 10 empleados).
El 2,77% (873) son medianas empresas (entre 50 y 200 trabajadores).
El 0,67% (211) tienen entre 200 y 500 empleados.
El 0,21% (las 67 sociedades restantes) superan los 500 trabajadores.