Producción low cost Riesgos para el retail

La tragedia del edificio Plaza Rana de Bangladesh, en la que murieron más de 1.100 personas, ha situado en primer plano los graves riesgos que las condiciones laborales precarias pueden representar, no sólo para las plantillas, sino también para la reputación de las empresas, sus cadenas de suministro y sus beneficios.

La externalización de la producción a países de bajo coste implica una serie de riesgos que todas las organizaciones deberían considerar antes de emprender esta aventura. Controlar y proteger la vida de los empleados en este tipo de tareas, es tan importante o más que la cuenta de resultados.

Consciente de ello, la consultora Marsh ha elaborado el informe “Tragedia en Bangladesh: Lecciones de riesgos para el sector Retail”, donde ofrece un profundo análisis de los riesgos operacionales que afrontan las empresas de este sector, aportando, al mismo tiempo, consejos para mitigar cualquier eventualidad que pueda suponer un peligro en caso de optar por externalizar y producir en zonas low cost.

BAJOS SALARIOS
La capacidad de producción a bajo coste proporcionan a Bangladesh un enorme atractivo para la industria exterior. De hecho, frente al precio de las materias primas, que representan entre el 50 y el 60 % de la producción, los bajos costes laborales, le proporcionan una ventaja competitiva, frente a zonas asiáticas en las que los salarios aumentan un 20 % cada año.

Salarios mínimos con la hora producida al coste más bajo del mundo, ayuda a mantener los precios y márgenes reducidos, es el mayor atractivo para la externacionalización para aquellas empresas que se enfrentan a la lucha en precios low cost con sus competidores.

No todo es favorable para los retailers que subcontratan en algunos países en los que las garantías de derechos humanos se ponen muchas veces en entredicho.

LECCIONES APRENDIDAS
La industria textil de Bangladesh desempeña un papel clave en las cadenas de suministro del sector retail. Sin embargo, su salario mínimo es uno de los más bajos del planeta, según el índice Working Conditions Index, de Maplecroft y es el octavo peor país del mundo en cuanto a condiciones laborales. Según Marsh, “estos hechos pueden acarrear graves consecuencias para la reputación de una empresa, su cumplimiento normativo (compliance) y su cadena de suministro. Muchos de los principales proveedores y minoristas del mundo han sufrido las consecuencias de una atención negativa por parte de consumidores, accionistas y medios de comunicación tras el accidente del Plaza Rana”.

Además de considerar su aproximación al riesgo reputacional, su capacidad de gestión de crisis, y la resistencia de su cadena de suministro, Marsh recomienda a las empresas retail que centren esfuerzos en mejorar su transparencia y cumplimiento normativo, a través de la estandarización de procesos de auditoría en las fábricas y de la mejora de los contratos con los proveedores locales. Esto podría incluir inspecciones más frecuentes y sin previo aviso, una mayor participación de los trabajadores en las auditorías de fábrica y cláusulas de penalización más estrictas en caso de no cumplir con los requisitos de seguridad laboral. Todo ello, con el objetivo de reducir el riesgo.

RECOMENDACIONES
Dado que los estándares internacionales de seguridad y salud no siempre se aplican en las economías que ofrecen producción a bajo coste (incluyendo la normativa anti incendios en la construcción de edificios), Marsh recomienda establecer unos requisitos mínimos internos que servirán de vara de medir tanto de los propios negocios como de los proveedores a lo largo de toda la cadena de producción.

Garantizar por escrito en los contratos que todas las normas pertinentes son perfectamente conocidas por los proveedores.

Incorporar cláusulas de well placed dentro de los contratos, de forma que puedan aplicarse sanciones en caso de incumplimiento por parte del proveedor, supone un importante estímulo para el comportamiento ético.

Utilizar toda la información al alcance de la empresa, procedente tanto del conocimiento privado, como de organismos públicos. El gobierno federal de Estados Unidos por ejemplo, proporciona a las organizaciones una lista negra de proveedores cuyas prácticas laborales son muy cuestionables.

Crear relaciones estables entre proveedores y subcontratistas que generen redes seguras y una cultura unificada, necesaria para mantener un trabajo ético tanto con las personas como con el medio ambiente a lo largo de toda la cadena de producción.

Cambiar el sistema de auditorías de las instalaciones, por haberse demostrado ineficaz. Lograr un sistema de inspecciones menos propenso a la manipulación, incluyendo inspecciones no anunciadas, más frecuentes y exhaustivas; ampliando la lista de comprobaciones; controlando la aplicación de las medidas correctivas propuestas y fomentando la participación de los trabajadores mediante comentarios anónimos, cuestionarios, informes, etc.

Mejorar la transparencia con los reguladores.

Tener información fiable de los riesgos: las organizaciones deben asegurarse de que tienen toda la información posible sobre los riesgos que enfrentan para tomar las decisiones correctas.

Sin embargo, los minoristas que subcontratan a otros fabricantes en los países de bajos ingresos se enfrentan a un riesgo significativo a corto y largo plazo, de reputación, y pueden encontrarse con las partes interesadas que exigen que única fuente de fabricantes que han mejorado las condiciones de trabajo seguras y justas, salarios equitativos. Los minoristas que no gestionan estos riesgos y cumplen con las expectativas pueden verse obligados a trasladar la producción, o puede perder clientes. Las implicaciones para los márgenes de explotación y la competitividad son significativas.