Nueva Pescanova lleva la digitalización a sus granjas de langostinos
Nueva Pescanova ha desarrollado junto a Microsoft la primera granja acuícola inteligente de langostinos que optimiza la cría y garantiza el bienestar animal.
Nueva Pescanova ha desarrollado junto a Microsoft la primera granja acuícola inteligente de langostinos a nivel global, gracias a la cual garantizan que la cría de langostinos vannamel alcance la cota más exigente en cuanto a calidad, sostenibilidad y bienestar animal.
El proyecto se enmarca en el Plan Estratégico de Acuicultura 4.0, a través del cual ambas compañías trabajan juntas para desarrollar soluciones que optimicen los procesos de acuicultura y la mejora de la salud y el bienestar animal gracias a los servicios de Inteligencia Artificial (IA), Internet de las Cosas (IoT) y Big Data de Microsoft.
El proyecto de granja acuícola inteligente se desarrolló en un principio en Marfrisco, una de las granjas de cultivo sostenible de langostinos de Pescanova, ubicada en la costa de Ecuador. El éxito cosechado en esta ha animado a la compañía a desplegar dicha tecnología en un total de 14 granjas. Lo que ha supuesto la digitalización de más de 6.500 hectáreas de cultivo y de más de 150 empleados de Pescanova.
La firma trabajó junto a Microsoft para desarrollar la plataforma Smart Farm: recopila diferentes datos de interés, desde los niveles de oxígeno y la temperatura hasta los animales por metro cuadrado, y proporciona información y alertas para ayudar a los trabajadores a aprovechar los recursos y mejorar la sostenibilidad y el bienestar animal.
El proyecto se llevó a cabo en menos de un año y les ha permitido ya alcanzar los resultados que tenían previstos para 2024: han pasado de contar con 800 kilos de crustáceos por hectárea a 3.200 y se ha ampliado la contratación de trabajadores del entorno local, convirtiéndose así en una de las granjas con mayor productividad y rentabilidad de Pescanova.
Digitalizar sin data
Según explican desde la firma de alimentación, los trabajadores de Marfrisco recorrían en barca, y de forma recurrente a lo largo del día, los diferentes estanques del cultivo para alimentar a los langostinos de forma manual. Una tarea que necesitaban digitalizar con el fin de mejorar tanto las condiciones del cultivo como de los empleados.
“En Pescanova, buscábamos ser el referente mundial en acuicultura en los próximos 4 años. Si queríamos saber cuántos animales había en cada área y si el agua contaba con las condiciones más favorables, necesitábamos tecnología para ello”, ha informado Javier Aguilera, director de acuicultura de Nueva Pescanova. “El principal reto era la ubicación de Marfrisco. Queríamos desarrollar conexiones e Inteligencia Artificial en un lugar donde ni siquiera es posible utilizar el teléfono móvil”.
El equipo de Microsoft responsable del despliegue se dio cuenta de que la información que necesitaban para construir una plataforma predictiva estaba en la mente de los acuicultores de Pescanova: les entrevistaron y aplicaron su conocimiento a diferentes sensores ubicados en los estanques, utilizando sensores IoT. Igualmente, se instalaron hidrófonos (micrófonos diseñados para trabajar sumergidos en el medio acuático y escuchar los patrones de alimentación de los langostinos) y alimentadores automáticos de diferentes proveedores.
A través de la Inteligencia Artificial, Microsoft 365 y Azure, la nube de Microsoft, Nueva Pescanova pudo ampliar el conocimiento de la información extraída de los animales masticando captados bajo el agua. Este indica la presencia de crustáceos en cada uno de los sectores de los estanques y la frecuencia de masticación cuando se alimentan.
De ese modo, es posible extrapolar la cantidad de alimento que demandan, cuándo se sacian o cuándo vuelven a tener hambre. Así, las estaciones de alimentación automáticas depositan en el agua la comida bajo demanda real, permitiendo aportar la ración idónea en cada momento para maximizar el bienestar de los langostinos y lograr la máxima productividad de la explotación sin desperdicio de alimento.
“Hemos implementado todos los cambios en menos de un año y los indicadores de nuestra explotación han pasado a estar a la cola a situarse entre los primeros puestos. Además, el programa ha tenido un impacto muy positivo en la vida de nuestros trabajadores y sus familias, con una mejora de sus capacidades y proyección, así como un acercamiento al uso de la tecnología, también fuera de la granja”, concluye Omar Portugal, director de la granja de Marfrisco.