Alimentación y Bebidas, salvadas por las exportaciones
La crisis económica y el descenso del consumo han provocado que la industria de Alimentación y Bebidas (IAB) haya bajado sus ventas en un 2,68%, en 2012, hasta los 86.298 millones de euros. No obstante, si descontamos las exportaciones, la caída es aún mayor y sitúa la facturación del sector en los niveles de 2006, es decir, antes de la crisis.
Aunque el consumo en el hogar se incrementó un 0,66%, en 2012, y cada español gastó de media 1.468 euros en alimentación, si descontamos el efecto de la inflación, el gasto alimentario se redujo un 3%.Fuera de casa, la contracción fue todavía mayor, con una reducción del gasto del 7,3%.
En este contexto, las exportaciones han sido la tabla de salvación de la IAB. Su valor, 22.078 millones de euros, en el último año, supone un aumento del 9,4%, casi el triple del conjunto de las exportaciones de toda la industria nacional (+3,44%). Su peso alcanza el 10% del total exportado por nuestro país y se eleva al 28,5% en el cómputo de las ventas de alimentación y bebidas.
Estos y otros datos han sido dados a conocer esta mañana, en Madrid, durante la presentación del Informe Económico 2012 de la Federación Española de Alimentación y Bebidas (FIAB), que ha contado con la presencia de la secretaria general de agricultura y alimentación del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA), Isabel García Tejerina, el director general de FIAB, Horacio González Alemán, el catedrático de análisis económico de la Universidad Complutense de Madrid, Simón Sosvilla, y el director del sector agrario de La Caixa, Josep Fernández.
SECTOR DINÁMICO
A pesar de que la industria no ha crecido al ritmo de años anteriores (+7,7% en 2011 y 2,6% en 2010), no cabe duda de que sigue siendo uno de los sectores más dinámicos de nuestra economía y uno de los que genera más empleo en el país, 439.675 puestos en 2012. Esta cantidad supone un 1,7% menos que en el año anterior, pero la tasa de paro en el sector sigue siendo menos de la mitad que el conjunto d España. Además, la IAB concentra el 20% de total del empleo industrial.
A este respecto, Tejerina señaló que alimentación y bebidas resiste mejor que otros sectores de nuestra economía y aseguró que “hay que felicitarse por esos más de 4.000 empleos generados”. Destacó tres aspectos la industria debe trabajar: internacionalización, equilibrio e innovación, aludiendo a las leyes en trámite parlamentario, que favorecerán su desarrollo como las medidas para el buen funcionamiento de la cadena alimentaria. La representante del MAGRAMA afirmó que “es preciso construir resilencia, es decir, son necesarias nuevas habilidades, innovando, diversificando y exportando”.
INNOVACIÓN Y MDD
“El sector de alimentación y bebidas es más innovador que el conjunto de la economía nacional, pero menos que el resto de la industria.”, como resaltó Simón Sosvilla, indicando que el porcentaje de compañías innovadoras en 2011 (último dato disponible) se situó en un 10,1%. Esto supuso una inversión de 655 millones de euros.
El informe, que ha sido elaborado con la colaboración del MAGRAMA y el patrocinio de La Caixa, muestra descenso del Índice de Producción Industrial (IPI) y apunta un retroceso del donde la alimentación disminuyó un 14,9% en alimentación y del 10,8% en bebidas, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
La FIAB también pone de manifiesto el avance imparable de la marca de la distribución (MDD), que sigue modificando los patrones de consumo de los ciudadanos. Su cuota crece, logrando 41,2% y anotándose el mayor incremento anual desde 2002. Esta cifra contrasta con la media de la Unión Europea, donde tiene una participación del 35,6%.
Horacio Alemán reconoció que ha sido un año difícil para el sector, pero quiso dejar constancia de las variables positivas registradas a lo largo del ejercicio. En este sentido, aludió al empleo y a las exportaciones y aportó nuevas medidas para la reactivación del sector. En su opinión, es necesaria “la eliminación de cualquier incremento impositivo, incluido en las Comunidades Autónomas, la reactivación de la confianza del consumidor y una mejora en las condiciones de financiación, garantizar la unidad de mercado reduciendo las duplicidades administrativas y la burocracia, impulsar la internacionalización y la innovación, y apostar por la reforma del modelo de formación para la promoción del talento y la competitividad de la industria”.