Carrefour. Vender para crecer
“Un nuevo Carrefour está tomando forma” afirmaba José Luis Durán, consejero delegado de la segunda mayor compañía mundial de distribución, el pasado 29 de marzo en Barcelona, en el marco del World Retail Congress. Tres semanas antes, Luc Vandevelde, hasta entonces presidente del consejo de supervisión, dimitía tras perder la confianza de la familia Halley, principal accionista de la empresa con el 13% de las acciones y el 20% de los derechos de voto.
Simultáneamente, Blue Capital, consorcio formado por dos grupos de inversión con claros intereses inmobiliarios, se hacía con un 9,8% del capital de la empresa, alimentando los rumores sobre la posible venta de activos de la compañía.
El propio José Luis Durán se sintió obligado a salir al paso de las especulaciones publicadas en distintos medios de comunicación subrayando la importancia estratégica que para la empresa tiene mantener la propiedad sobre los inmuebles. Estos comentarios fueron matizados por el propio Durán días después. En el citado encuentro de Barcelona, el alto ejecutivo abría la puerta a la venta de activos aunque se preguntaba cómo hacerlo sin poner en peligro el funcionamiento del negocio. Parece ser que ya tiene la solución.
La cartera inmobiliaria de Carrefour vale unos 24.000 millones de euros, según la empresa. El grupo posee más de un millar de hipermercados en todo el mundo. Además, cuenta con un número muy importante de otros establecimientos. La mayor parte de estos activos son propiedad del grupo, si bien hay un no despreciable parque de locales explotados en régimen de franquicia o alquiler. En total, alrededor de seis millones de metros cuadrados en inmuebles, según cálculos de Durán. Casi el 80% de este espacio se encuentra en Europa Occidental.
Presiones
Nadie duda de que la venta de activos responde a la presión de los nuevos accionistas, puesta de manifiesto con la llegada al consejo de supervisión de dos miembros de Blue Capital. Además, la entrada de un tercer miembro del clan Halley ofrece una doble lectura. Por una parte, hay quien lo considera una confirmación del interés de la familia en permanecer en la empresa. Otros creen que ese tercer puesto significa que todas las corrientes de opinión de la familia están representadas. Incluida, la de quienes quieren vender. Según Bernard Arnault, accionista de Blue Capital, Carrefour tiene un alto potencial de crecimiento. Arnault prevé un aumento anual de los beneficios del 10% a la vuelta de cinco años, lo que quizá sólo sea posible recurriendo a la venta de activos.
Los datos del primer semestre muestran un beneficio neto que creció un 3,2%, hasta los 729 millones de euros. Los beneficios antes de extraordinarios fueron de 741 millones de euros, con un leve aumento del 0,1%. Las ventas netas crecieron un 5,5% hasta 38.845 millones de euros. La compañía confirmó su objetivo de crecimiento de las ventas un 6,4% este año. El beneficio antes de impuestos e intereses (Ebit) crecerá menos que las ventas. La compañía prosigue, entretanto, su programa de expansión selectiva, vendiendo sus activos menos rentables y abandonado aquellos mercados donde no puede alcanzar posiciones de liderazgo.
A finales de julio de este ejercicio, Carrefour vendió a la firma de inversión Sonae sus 12 hipermercados portugueses por 662 millones de euros. Un mes después, la compañía hizo lo mismo, esta vez en Suiza. Carrefour y Maus Frères vendieron su joint venture Distributis a la cadena cooperativa suiza de supermercados Coop, por 470 millones de francos suizos (unos 287 millones de euros); en total, 12 hipermercados. Al mismo tiempo, la compañía refuerza su presencia en China (donde ya supera el centenar de hipermercados), Latinoamérica (en abril compró la cadena brasileña Atacadao por unos 800 millones de euros), Polonia (en julio la empresa recibió autorización para la adquisición de Ahold Polska por 375 millones) o Rusia (donde la empresa prevé desembarcar en 2008). Cada año, Carrefour incorpora cerca de 1,5 millones de metros cuadrados a sus red de ventas.