EIT Food elige 10 startups nacionales e internacionales para la aceleradora de Bilbao
En esta III edición, se han recibido un total de 593 candidaturas, de las cuales 107 se presentaron para participar en Bilbao. El resto, en el resto de sedes: Múnich (Alemania), Haifa (Israel), Lausana (Suiza), Cambridge (Reino Unido) y Helsinki (Finlandia).
El organismo europeo EIT Food ha puesto en marcha la tercera edición de su programa aceleradora de startups agroalimentarios en el Sur de Europa (Accelerator Network – EIT FAN) para ayudarlas a crecer y abrirles hueco en el mercado internacional.
En esta edición, se han recibido un total de 593 candidaturas, 117 más que en la anterior convocatoria, de las cuales 107 se presentaron para participar en Bilbao, en el Parque Científico y Tecnológico de Bizkaia. La convocatoria, dirigida a ‘start-ups’ con una tecnología agrícola o alimentaria, se organiza también en otras cinco sedes: Múnich (Alemania), Haifa (Israel), Lausana (Suiza), Cambridge (Reino Unido) y Helsinki (Finlandia).
Tras analizar las distintas propuestas, 60 han sido elegidas para participar en las seis sedes, 10 en cada una. En Bilbao, se tutelará a startups de Navarra, Barcelona, Madrid, Alicante, así como de Portugal, Inglaterra, Francia, Países Bajos, Grecia y Suiza.
Este año como socios participan Danone, Grupo AN, PeakBridge, Azti, Neiker, el Basque Culinary Center, y la Universidad de Turín (UNITO), además de la colaboración del Gobierno Vasco.
10 startups
Las jóvenes empresas agroalimentarias se centran en nutrición personalizada, proteínas alternativas, agricultura sostenible y trazabilidad digital. Las 10 startups participarán en el campus de Bilbao donde durante cuatro meses obtendrán acompañamiento profesional, así como también tendrán la oportunidad de trabajar con firmas de la industria (Logifruit, John Deere, Pascual, Bühle) o fondos de inversión (PeakBridge).
- Genbioma Aplicaciones. La navarra busca soluciones para las personas en primeras etapas de diabetes. Se centra en el papel de los suplementos probióticos y la microbiota intestinal en la regulación glucémica a largo plazo.
- Oscillum. La empresa de biotecnología de Elche (Alicante) desarrolla sensores para la industria agroalimentaria. Ha creado SmartLabel, una etiqueta inteligente que determina la frescura de los alimentos con un simple cambio de color.
- Activa Proyectos Tech. Desde Barcelona, la empresa ha desarrollado la tecnología Plantae®, que permite optimizar el riego de los cultivos de forma inalámbrica aumentando la productividad a través de sensores agrícolas de humedad, conductividad y temperatura en diferentes dispositivos.
- ColorSensing. Desde Leganés (Madrid), la empresa dedicada a la área de trazabilidad digital, busca ayudar a los fabricantes y minoristas de alimentos envasados a reducir el desperdicio, garantizando la calidad y seguridad de sus producto.
- AgriStarBio. Desde Lisboa (Portugal), la empresa busca hacer la agricultura más sostenible a través de la fabricación de fertilizantes organominerales sostenibles de primera calidad. Lo hace a partir de biosólidos sin emisiones que protegen el agua, el suelo y el aire.
- Wisecrop. Desde Oporto (Portugal), la empresa ha creado una plataforma online centralizada y fácil de usar para administrar por completo el negocio agrícola.
- Kyanos. Desde Toulouse (Francia), la empresa se centra en las proteínas alternativas, proporcionando una tecnología innovadora y una microalga que tiene más del 60% proteína y aminoácidos esenciales.
- Earth Rover Europe. Desde Newport (Inglaterra). Busca convertir los productos frescos y libres de químicos en la nueva norma. Para ello utiliza ‘Rovers’ robóticos que ayudan a los productores a reducir la dependencia de los aerosoles químicos y a vender más y desperdiciar menos.
- Epinutra. Desde Wageningen (Países Bajos), la empresa ha desarrollado el complemento alimenticio Benesco™, que trata el dolor causado por la acidez estomacal.
- Solmeyea. Desde en Atenas (Grecia) y Zúrich (Suiza), la startup se dedica a producir proteínas de alimentos y piensos a base de bioingredientes de alto valor, a través del cultivo vertical de microalgas a un coste reducido y con una huella de carbono menor. Para ello utiliza el CO2 y la luz solar disponibles en el entorno.