Schlecker España, 62 aperturas mientras busca comprador

La cadena de droguerías Schlecker sigue buscando comprador para su red española. Sin embargo, a diferencia de Alemania, su mercado de origen y donde ha decidido suspender su actividad, seguirá creciendo en nuestro país. La intención de la empresa es inaugurar 62 tiendas hasta 2014, de las que 12 se abrirían en 2012. En los siguientes ejercicios se realizaría el resto de los desarrollos previstos, 24 implantaciones en 2013 y 36 tiendas más den 2014. Con ello, la compañía invertirá casi tres millones de euros en los próximos tres años en España.

Los nuevos establecimientos reforzarán la presencia de la marca en aquellas zonas donde ya está consolidada, como Cataluña, Norte y Levante. Schlecker entró en España en 1989, que desde entonces se ha convertido en uno de sus mercados prioritarios, siendo el de mejor evolución en el último año, con un aumento del 3% en el Ebitda, situado en 33 millones de euros. La filial, con una facturación de 320 millones de euros y una plantilla de más de 3.200 personas, es la única pata del negocio con desarrollo positivo.

Por ello, la compañía, lejos de reproducir la situación concursal que vive en Alemania, donde ha decidido cerrar su red, 6.000 droguerías que dan trabajo a 24.000 empleados, quiere mantener el negocio español. Sus intenciones pasan por encontrar un inversor que se haga cargo de la empresa, preferentemente un operador del sector con solvencia para mantener la viabilidad de la cadena.

El pasado mes de enero, Schelecker se declaró insolvente en Alemania. La firma no ha pudo cumplir el plan de saneamiento, que había emprendido en 2010, y acabó en concurso de acreedores. Dada su importancia en la economía germana, donde ha sido uno de los grandes consorcios empresariales, se barajaron diferentes opciones para su salvación, incluso se llegó a hablar con los responsables de finanzas de los 16 landers para llegar a un acuerdo basado en una aportación económica de cada uno de ellos. Sin embargo, Baviera se opuso y la operación fue desestimada. La canciller, Angela Merkel, también tomó cartas en el asunto y prometió ayuda a través de la Agencia Federal de Trabajo. Al final, todo ha sido inútil.