El consumo de los hogares. Menos carne y más ‘bio’
A la hora de elegir los productos que adquiere, el consumidor actual tiene en cuenta la calidad del producto, el precio y las ofertas y promociones. En los últimos años se ha sumado a esa lista los ingredientes que lo componen. Un atributo que emerge ante la tendencia del consumidor de valorar los productos naturales y reducir el consumo de aquellos industriales.
Lo refleja el último Informe Compass, donde se analizan las tendencias en los hábitos de compra y consumo de alimentación. En la radiografía del consumidor actual se perfila un usuario menos impulsivo y más reflexivo y consciente, crítico con la publicidad, los sellos y los certificados. Prefiere la calidad frente a la cantidad e interactúa con aquellas marcas que comparten sus mismos valores y principios.
El informe aprecia un cambio en la alimentación del usuario. Se afianza la tendencia de consumir menos carne. En 2017, cada español consumió de media 47,6 kilos de carne y gastó, por ello, 311,6 euros. Datos que se alejan de los 50,1 kilos consumidos y los 320,2 euros gastados en 2016.
Entre las razones que explican dicho descenso destaca la imagen que cada vez más consumidores asocian a la carne. Esta es, la generadora de mayores riesgos para la salud. Se suma el discurso alimenticio vegano y vegetariano, el movimiento animalista y su discurso contra el maltrato animal y la imagen de lo eco/bio, asociado a lo vegetal.
Los consumidores comienzan a apreciar, asimismo, los productos naturales frente a los industriales, asociados a lo artificial. Los artículos pertenecientes a la categoría eco o bio empiezan a consumirse en un mayor número de hogares, aunque aumenta la desconfianza hacia los certificados y etiquetas que lo señalan.
De igual modo, crece el consumo de los llamados ‘superalimentos’. En auge por el aporte eficiente de nutrientes que realizan respecto a otros alimentos y que han sido popularizados por las dietas vegana y vegetariana.