Paro del transporte. Pérdidas en el comercio
La imposibilidad de asumir en muchos casos el alto coste del carburante llevó a varias asociaciones de transportistas, que representan el 20% del sector, a iniciar un paro indefinido. Durante siete días se vivieron situaciones límites que ahora analizamos.
El pasado 9 de junio se iniciaba el paro convocado por la Federación Nacional de Asociaciones de Empresarios de Transporte Discrecional de Mercancías (Fenadismer), la Confederación Nacional de Transporte por Carretera (Confedetrans), la Asociación Nacional de Transportistas Internacionales (Antic) y la Plataforma para la Defensa del Transporte.
Las consecuencias se vivieron de manera inmediata en la red de Mercas de nuestro país que vieron como descendía la entrada de mercancías, en algunos casos, de forma alarmante. Como ejemplo, en Mercamadrid el primer día de paro la actividad cayó en un 48%, la segunda jornada de conflicto el porcentaje se elevó hasta el 95%.
Los productos más afectados fueron los alimentos frescos y los perecederos. Atendiendo a los datos de la plaza madrileña, la semana de la huelga la recepción de frutas y hortalizas descendió cerca del 57%, la de pescados un 41% y la de carnes casi un 52%, respecto a los siete días precedentes.
Los datos
La falta de suministro acabó por afectar negativamente a los comercios minoristas y provocar en muchos casos pérdidas importantes. Desde la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas) aseguran que sus asociados perdieron 130 millones de euros con el paro.
En este cálculo se incluyen entre otras partidas, el dinero que han dejado de ingresar por los productos perecederos que quedaron retenidos en los camiones y acabaron estropeándose; los daños provocados por actos vandálicos a las flotas; los costes de personal en horas extraordinarias que tuvieron que realizarse ante la “alteración de los procesos normales de suministro”; los ingresos que dejaron de percibir por la falta de determinados productos en los lineales.
Como dato, durante los tres primeros días de paro, Asedas sólo pudo mover el 10% de los más de 6.000 vehículos de que disponen para realizar el aprovisionamiento de los supermercados.
Las principales empresas asociadas a Asedas son Mercadona; Euromadi; IFA; Consum Ahorramás; Covirán; Dinosol; El Arbol; Froiz; Gadisa Alimerka; CashBarea; Condis; Hermanos Martín; Miquel Alimentació; Uvesco y Supermercados Dani.
Desde la Asociación Española de Grandes Empresas de Distribución (Anged), que entre otras agrupa a las cadenas Carrefour, Alcampo y El Corte Inglés, remarcaron en varias ocasiones que la actividad de sus asociados transcurrió con normalidad, tanto en suministros como en afluencia de público a sus establecimientos.
Más visitas
A pesar de los mensajes de tranquilidad lanzados por las principales organizaciones del comercio minorista español, el miedo al desabastecimiento de los lineales hizo que muchos consumidores acudieran a los supermercados a llenar sus despensas y frigoríficos. Sólo durante el primer día de paro se incrementaron de media un 2,7% las visitas a los centros comerciales, según el índice Footfall. Una cifra que supera las alcanzadas en un lunes cualquiera, según el estudio.
Para la consultora Experian, autora del estudio, esta tendencia al alza es especialmente significativa teniendo en cuenta los registros de afluencias negativas de la semana anterior.
Según los expertos, las compras de alimentos de primera necesidad durante la semana de la huelga se desplazaron más hacia los hipermercados y supermercados y no tanto a los grandes centros comerciales.
Incrementos de precios
La falta de suministros y la mayor demanda, como suele ser habitual, acabo teniendo su efecto sobre el precio de los productos. A falta de conocer el Índice de Precios al Consumo (IPC) del mes de junio que ofrecerá información sobre cómo se comportaron los precios en los lineales, los datos de Mercasa (asociación que engloba la red de mercas), reflejan importantes incrementos de precios de salida en algunos productos, sobre todo en frutas y hortalizas y en algunos pescados (en este caso la huelga de pescadores que se registró en esos días agravó aún más la situación).
Analizando los precios medios de algunos productos se observa que en Mercamadrid el encarecimiento se produjo sobre todo del 13 al 17 de junio, mientras que en Mercabarna se sintió antes, entre el 10 y el 13 de junio.
En el caso de la plaza madrileña, las cerezas (60,5%), los calabacines (178%), los tomates verdes (47%) y los fresones (244,5%, también influyó la finalización de la temporada) registraron los mayores incrementos en frutas y hortalizas, y el boquerón extra (25,37%), la chirla (40,78%) y el gallo (10,91%), protagonizaron las subidas en pescados frescos.
En Mercabarna, los mayores ascensos se vivieron en berenjenas (78,5%), calabacines (81,8%), judías verdes (88,2%) y pimientos (100%). Y en pescado fresco destacaron los registrados por el atún (52,94%), la merluza (28,78%) y la pescadilla (44,44%).
Desde las asociaciones de comerciantes han negado que aprovecharan esta situación para aumentar sus precios. Así, la Confederación Española de Comercio (Cec) remarcó que en muchos casos tuvieron que rebajar sus márgenes y no repercutieron el incremento de precios registrado en origen.
En los mismos términos se expresó la Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados (Aces) que señaló que todos sus establecimientos asociados (Carrefour Express, Día, Eroski, Supercor, Sabeco) mantuvieron durante el paro la misma política de precios que antes de la protesta para no perjudicar a sus clientes.
Regulaciones de empleo
La preocupación también estuvo presente en los ánimos de la industria alimentaria que vio como la imposibilidad de recoger mercancías o de dar salida a productos hacia plataformas logísticas y centros de comercialización estaba “estrangulando” la actividad, según denunció la Federación Nacional de Industrias de Alimentación y Bebidas (Fiab).
Empresas tan importantes como Panrico, Heineken, Campofrío reconocieron que el paro les ha causado importantes pérdidas económicas y sobrecostes que aún no han sido contabilizados. En algunos casos como el de la empresa cárnica la escasez de materias primas y la dificultad de dar salida a su producción precipitó la presentación de un Expediente de Regulación de Empleo (Ere) en su planta de Olvega (Soria).
El caso de Campofrío no ha sido el único, uno de los proveedores cárnicos de Mercadona, la empresa Incarlopsa, presentó un Ere que afectará a unos 500 trabajadores de sus plantas de Cuenca y Toledo. Incluso la primera alimentaria española Ebro Puleva llegó a considerar la posibilidad de acogerse a este tipo de expediente.
Desde el Gobierno han remarcado que todos estos expedientes se mirarán con lupa con el fin de evitar que se hayan presentado para ocultar otro tipo de situaciones.