Nuevos mercados. El cava se adapta a China
El mercado chino se está abriendo al cava. Las compañías catalanas han logrado llegar a los consumidores adecuándose a su cultura, sus gustos y adaptando las políticas de marketing a sus características.
Las seis compañías analizadas, Freixenet, Codorniu, Juvé i Camps, Mestres, Sumarroca y Raventós Rosell han mantenido su marca y las características del producto. Los cambios que han tenido que llevar a cabo están relacionados con el precio y el modo de distribución.
A partir del estudio de TBS Barcelona ¡Brindis en China!, realizado por las profesoras Noelia Jiménez-Asenjo y Diana Filipescu, se han extraido las estrategias de marketing internacional que las marcas han llevado a cabo.
«A diferencia de casos como el de las galletas Oreo, que venden productos de sabor diferente según el mercado internacional, las empresas productoras de cava catalán no alteraron su producto en ninguna de sus características” aseguró Jiménez-Asenjo. Lo que si ha influido es el precio. Mientras que en España una botella de cava Freixenet no supera los 7 euros, en China, al considerarse un producto de lujo, puede ascender a los 50 dólares.
Respecto a la distribución ambas profesoras reconocieron que las infraestructuras están menos desarrolladas y que las compañías españolas han tenido que adaptarse a esa realidad. Por ello, han tenido que mantener relaciones con los intermediarios de quienes depende mucho este proceso.
Instrucciones para consumir vino espumoso
En el estudio se ha podido extraer que el consumo de vino espumoso en China suele realizarse en muchos casos por mera apariencia. Eso quiere decir que en ocasiones lo que les atrae es el embalaje y no lo consumen. Quienes sí deciden probarlo, en muchas casos no llegan a hacerlo correctamente, como puede ser no enfriar la bebida antes de su consumo.
Esto es un problema porque impide que los consumidores vuelvan a escoger los productos. Para evitarlo Francia ha iniciado promociones con los que enseñan como consumir champang. Las compañías catalanas se están aprovechando de esta apertura del mercado, y aunque se considera que el cambio puede ser lento, confían en poder revertir el problema en un futuro.
Nueva competencia y nuevos mercados
Francia, Italia y España han sido los tradicionales países productores de vino. Actualmente la situación ha cambiado. Otras regiones del mundo como Chile, Argentina, California, Nueva Zelanda o Australia destacan como productoras de vino de calidad y cuentan con nombre a nivel internacional.
Este aumento de competitividad está provocando que las empresas españolas busquen nuevos horizontes para las exportaciones. Las pymes españolas también empezaron a internacionalizarse. Tras la crisis de 2008 las ventas nacionales de vino se han visto afectadas. Esta situación ha llevado a que la mayoría de las pequeñas empresas comenzarán a vender en el extranjero. Poco a poco están consiguiendo hacerse un hueco en un mercado en el que las multinacionales ya disponen de una presencia sólida, como es el caso de Freixenet, Torres y Codorníu. Esto está llevando a un aumento de competencia tanto en el interior como en el exterior de España.
En el ámbito exterior China se perfila como uno de los mejores destinos. Es uno de los mercados que más está avanzando en el consumo de vino y también ha aumentado su PIB. Esta situación está provocando que muchas empresas estén apostando por el país asiático para las exportaciones.