BID Bang El resurgir del comercio urbano

Decía Sun Tzu, legendario maestro del arte militar que “lo importante no es combatir, sino atacar al enemigo en su propia estrategia”. Quién sabe si tal vez este precepto del autor de “El Arte de la Guerra” fue el que inspiró a aquella asociación de pequeños retailers de Toronto, cuando decidieron buscar una solución al problema que para ellos suponía los denominados “free-riders” (“gorrones” en castellano directo) o comerciantes que, sin realizar aportación alguna, se beneficiaban de las actuaciones que los miembros del colectivo asociativo, en este caso torontoniano, llevaban a cabo gracias a sus contribuciones económicas de carácter voluntario.

Puestos a la tarea de resolver el problema, plantearon al Ayuntamiento de la ciudad la posibilidad de crear una entidad autónoma de gestión privada, con capacidad para establecer una contribución especial obligatoria (“assestment” o “levy”) para todas las actividades comerciales del área, destinada a financiar determinadas actuaciones de mejora y revitalización. La propuesta tuvo éxito, y en 1970 tuvo lugar la aprobación de la Ordenanza Municipal del primer BID del mundo, el Bloor West Village.

Un modelo, el de los Business Improvement Districts (BID´s), cuya traducción más o menos aproximada vendría a ser la de barrios ó áreas de mejora empresarial, que a lo largo de los últimos años ha sido introducida en casi una veintena de países (Estados Unidos, Japón, Reino Unido, Alemania, Austria, Suecia, Australia, Nueva Zelanda…) y cuya meteórica proliferación ha llegado a ser calificada por parte de la Profesora Helena Villarejo como el “BID Bang”.

En España, la figura que más se asemeja a los BID´s es la de los Centros Comerciales Abiertos, que comenzó a implantarse a finales de los años noventa. Sin embargo, salvo determinadas experiencias de éxito, podemos afirmar está agotada.

Aunque con absoluta probabilidad existirán detractores a la implantación de la figura de los BID´s (los “no new taxes”, por ejemplo), coincido plenamente con el grupo de expertos autor del documento “Programa de Dinamización Comercial Urbana y Creación de Gerencias en Centros Urbanos Comerciales”, en que dicha figura debería inspirar cualquier modelo de gestión colectiva de las áreas comerciales urbanas que, en un futuro, se pudiera introducir en España.

Soy un auténtico convencido de las extraordinarias posibilidades que aguardan al comercio urbano, que navega con viento a favor, y para cuya constatación basta observar las apuestas de posicionamiento de muchos retailers.

En este sentido, aunque algunos (o tal vez la mayoría) pudieran considerar que la insania se haya apoderado de mi mente al pronunciar estas palabras, el comercio urbano se encuentra ante el mejor escenario posible de los últimos 20 años, lo que sin lugar a dudas viene a representar una gran oportunidad no sólo para los grandes ejes comerciales urbanos, sino también para el denominado comercio de proximidad (de barrio), que deberá no obstante acometer una serie de acciones y actuaciones estratégicas, tanto a nivel individual como colectivo.

Desde el punto de vista individual, el propio comerciante, realizando los esfuerzos necesarios de adaptación, y aplicando estrategias, con componente innovador y tecnológico, basadas en la diferenciación; y desde el punto de vista colectivo, implantando formulas de cooperación y de gestión colectiva, que a buen seguro podría ser la de los BID´s.

Termino, como empecé, con una frase del maestro Sun Tzu: “… Si me preguntan-¿Es posible hacer a las tropas capaces de una coordinación tan estrecha?-, yo respondo: -es posible”. En los BID´s podría estar la clave.