Conservas de pescado. Arañar rentabilidad

El mercado de las conservas de pescado y marisco se mueve por el imperativo de ganar rentabilidad y afianzar la posición de las empresas españolas en las plazas internacionales.

Así lo entienden en la Asociación Nacional de Fabricantes de Conservas de Pescado y Marisco (Anfaco-Ceocopesca), donde la urgencia es reactivar el Plan Estratégico de la Conserva 2007-20013.

La industria trabaja pegada al sector primario y, por tanto, se ve salpicada por los conflictos que afectan a la actividad de la pesca, tales como el descenso de capturas o la competencia de terceros países. A pesar de ello, los estudios de Symphony IRI (52 sem fin 30 may’10 /52 sem fin 29 may’11) en distribución organizada, señalan un aumento del 2,8% en las ventas y un crecimiento del 1,7% en la demanda del mercado, que se han traducido en un total de 1.193 millones de euros, obtenidos por la comercialización de 154,7 millones de Kgs en hipermercados y supermercados.

Se mueven
España es el tercer fabricante mundial de conservas de pescados y mariscos, por detrás de China y Tailandia. Sin embargo, el consumo permanece estancado y la industria reclama soluciones. A ello hay que sumar movimientos de diversa índole producidos en tejido empresarial, como el concurso de acreedores de Bernardo Alfageme, fabricante de Miau; la concentración o unión de fuerzas producida en Garavilla, tras la compra de Conservas Cuca (Cuca y Masso); la apuesta innovadora de marcas punteras como Isabel (propiedad Garavilla), que ha lanzado una nueva tecnología en la elaboración de conservas y platos de pescado a temperatura ambiente o la consolidación de liderazgos como el de Grupo Calvo, que en 2010 obtenía resultados récord (aumento del 48,9% en el beneficio bruto de explotación y aumento del 15,3% en las facturación) y mantenía el primer puesto en el segmento de atún claro en aceite vegetal, con el 14%, mientras lograba el 8,4% en las conservas de mejillón. Todos ellos, ejemplos de lo vivido por el sector en los últimos tiempos y augurio de lo que está por llegar.

Ventaja en atún
Pero, si algo se mantiene inalterable en el mercado es la ventaja del subsector de atún, motor de crecimiento del mercado y su principal partida fuera de nuestras fronteras. Las conservas de túnidos campean a sus anchas en un terreno atomizado. Su alta participación, que se acerca al 60% de las ventas y ronda el 70% del volumen, derivada de la suma de sus variedades (atún , atún claro y atún blanco), le concede ventaja sobre el resto. En magnitudes de mercado los porcentajes del atún representan un contingente de 101,7 millones de Kgs, que suponen un valor de 706,66 millones de euros, resultado de un alza del 5,7% en la facturación y del 11,6% en la demanda.

La tendencia alcista es manifiesta en la especialidad de atún, que ha experimentado crecimientos de dos dígitos ( más del 16% en valor y más 11% en volumen), rebasando los avances de la variedades de atún claro (4,5% y 0,3% en valor y volumen) y atún blanco (2,8% y 5,6%, respectivamente). Como era de esperar, la marca del distribuidor participa de este gran pastel y se come más del 80% del volumen y el 78% de las ventas.

Difícil recuperación
Por lo que respecta al resto de categorías en los canales de libreservicio, el análisis de la consultora no es todo lo alentador que cabría esperar. La recuperación parece difícil. Sólo una de las cinco categorías analizadas, sardinas, anchoa y caballa, ha registrado una leve mejora de sus ventas (0,3%), situadas en más de 199 millones de euros, logrando mantener la demanda en la barrera de los 19 millones de Kgs, a pesar de sufrir un ligero retroceso. Nada que ver con el descenso, de casi el 10%, generado en el volumen de cefalópodos, que sin llegar a los 6 millones de Kgs (5,7), también han bajado sus ventas, hasta situarlas en algo más de 37 millones de euros. El subsegmento de calamares y el de pulpo y chipirones se han comportado de forma similar, fijando las ventas por encima de los 18 millones de euros, lo que les otorga una cuota en valor de casi el 50%. Por lo que se refiere a volumen, los calamares se llevan 3,6 millones de Kgs, quedándose pulpo y chipirones con 2 millones de Kgs.

Por su parte, la sepia, con una participación inferior al 3% situó sus niveles a gran distancia de los anteriores, mientras que el grupo formado por mejillones, berberechos, almeja y navaja decreció por igual en valor y volumen (2,5% y 2,6%), totalizando 205 millones de euros por la venta de 18,7 millones de Kgs.

Los mejillones y los berberechos absorbieron el grueso del negocio. Los primeros alcanzaron una cuota del 47,4% en valor, correspondida por casi el 65% de la demanda. Los segundos capitalizaron el 37% del gasto y 21% del volumen.

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