Paro del transporte. Luz al final del túnel

Ayer, 11 de junio se rubricaba el acuerdo entre Gobierno y la mayoría del Comité Nacional del Transporte por Carretera, que recoge diversas medidas de ayuda al sector. El problema es que seguirán los paros al no adherirse las asociaciones convocantes, Fenadismer, Confedetrans y Antic.

Con el acuerdo parece vislumbrarse la luz al final del túnel, la cuestión es saber cuánto camino queda aún por recorrer y las consecuencias que esta marcha va a suponer para el conjunto de la economía española.

Por el momento, los paros continuarán ya que la Federación Nacional de Asociaciones de Empresarios de Transporte Discrecional de Mercancías (Fenadismer), la Confederación Nacional de Transporte por Carretera (Confedetrans) y la Asociación Nacional de Transportistas Internacionales (Antic) que no han firmado siguen exigiendo un sistema de tarifas mínimas para que nadie pueda operar por debajo del coste como está ocurriendo ahora, según denuncian. Entre los tres representan el 12% del sector, incluidos los autónomos.

Desde el Gobierno, el portavoz socialista del Congreso, José Antonio Alonso, ha afirmado esta misma mañana que siguen abiertos al diálogo con los transportistas y ha confiado en que los paros finalicen en los próximos días.

De momento, el día de hoy ha sido más tranquilo según se constata con las entradas de camiones a los principales mercas y los mensajes son de tranquilidad. Aecoc, la mayor asociación de empresas fabricantes y distribuidoras del sector del gran consumo, considera que la firma de un acuerdo por parte del 90% del sector del transporte, las asociaciones de cargadores, y el Ministerio de Fomento permite garantizar al consumidor que no va a tener problemas de abastecimiento en los puntos de venta.

Por su parte, las grandes superficies, representadas por Anged insisten en que tienen género suficiente para atender la demanda de sus clientes, aunque aseguran que en algunos casos puede faltar alguna referencia.

En los tres días que duran ya los paros, también, se han lanzado mensajes de preocupación. Hipermercados, supermercados y tiendas tradicionales han empezado a notar sus efectos sobre todo a la hora de reponer los lineales de alimentos frescos y envasados.

Como dato, la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas) ha indicado que desde el lunes sólo ha podido mover el 10% de los más de 6.000 vehículos que componen la flota de proveedores logísticos.

Desde el punto de vista de la industria, la situación también es de preocupación, desde la patronal (Fiab) señalan que la imposibilidad de recoger mercancías o de dar salida a productos hacia plataformas logísticas y centros de comercialización estrangula la actividad de la industria y puede provocar enormes pérdidas.

Respecto al último eslabón de la cadena minorista, el consumidor, se encuentra ante la disyuntiva de llenar sus despensas o comprar según su necesidad. Desde la Organización de Consumidores y Usuarios desaconsejan que se haga acopio de productos porque pueden provocar movimientos especulativos como que algún establecimiento almacene artículos y espere a venderlos cuando hayan subido los precios.