Las etapas de la transformación digital en las pymes
La transformación digital es ya un hecho necesario e inevitable para las empresas, sea cual sea su tamaño. Pero la mayoría, principalmente las pymes, se sienten perdidas a la hora de echar andar.
La pequeña y mediana empresa está poniendo especial interés en esta renovación digital, pues va tomando consciencia sobre los beneficios de las nuevas tecnologías y la ayuda competitiva que éstas aportan en un mercado globalizado. Todas ellas buscan fórmulas y procesos complejos que ubiquen sus negocios en la red y amplifiquen la eficiencia de sus procedimientos internos.
No obstante, en numerosas ocasiones no recuerdan -quizá por su propia obviedad- la importancia de consolidar las etapas más tempranas de este camino hacia la digitalización.
QDQ media ha realizado una serie de recomendaciones básicas a través de la comparativa de los estudios Consumer Barometer de Google, IAB y Telefónica. El nivel de inserción digital, las formas de consumo online, las principales demandas de los usuarios y el papel activo de las redes sociales marcan el ritmo que debe seguir el negocio:
1. La web como certificado de existencia. España está entre los cinco países europeos con mayor porcentaje de población conectada cada día a la red. La presencia online hoy representa la diferencia entre existir o no hacerlo. Aunque puede resultar evidente a estas alturas, no debemos pasar por alto que más de un 30% de las pymes españolas sigue sin dar el salto a la web.
2. Piensa en pequeño. Los españoles pasan más de dos horas frente al móvil. Más del 80% de las conexiones que se llevan a cabo al día se hacen desde el Smartphone. Disponer de una web con tecnología ‘responsive’ puede suponer la llave que nos abra la puerta hacia nuevos clientes.
3. Adaptarse o morir. El 95% de los consumidores consulta internet para contrastar información, precio, ofertas y opiniones. Cada negocio debe disponer de un tipo de web cuyo diseño satisfaga sus necesidades y muestre la amplitud de su catálogo. No obstante, ir adaptándose a las demandas de nuestros visitantes es una estrategia clave para potenciar nuestra oferta, potenciando los puntos de la web que mejor funcionan y mejorando aquellos en los que flaqueamos.
4. Forma parte del ecosistema digital. El 82% de los internautas utiliza con frecuencia redes sociales, pero sólo el 42% de pequeñas y medianas empresas cuenta con perfiles activos en ellas. De esta cifra, sólo el 24,8% realiza actualizaciones diarias de su cuenta. La nueva realidad transita por estos canales, y estar presente en ellos significa que nuestro negocio se posicione en el imaginario de nuestros potenciales clientes.
5. Sumar antes que publicitar. Contar con perfiles activos en RRSS es un primer paso importante hacia la digitalización, pero el uso que hagamos de ellas será lo que condicione en última instancia la imagen pública de nuestro negocio. El 86,6% de las cuentas relativas a empresas dedican sus espacios en las redes sociales a la promoción.
Es necesario entender que las redes son un espacio de saturación donde las informaciones se diluyen, y son los propios usuarios los que criban en milésimas de segundo entre el grano y la paja. Por este motivo, es recomendable publicar temas de interés relacionados con nuestro negocio. Antes que hacer gala de nuestros productos o servicios, es preferible mostrar el expertise de nuestra empresa y sus trabajadores, y situarnos a la vanguardia del sector en la generación de contenidos.